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Las altas cargas estáticas o la disminución de la actividad física causan un aumento de la presión venosa en las extremidades inferiores. Los vasos no pueden soportar tal tensión y comienzan a estirarse, y su pared se vuelve más delgada. Esto conduce a la aparición de un espacio entre la válvula y el vaso, el flujo de sangre va en la dirección opuesta, lo que se llama reflujo.